lunes, 29 de septiembre de 2014

ELECTROMEDICINA, la medicina del futuro


 
     La electricidad es el fundamento de la vida. Hace miles de años que la medicina china conoce la naturaleza eléctrica del cuerpo. Según ellos todas las enfermedades tienen su origen en bloqueos energéticos que ocurren en el cuerpo.

Es conocido que el cerebro y el corazón funcionan con impulsos eléctricos, que se miden, respectivamente, en los encefalogramas y en los electrocardiogramas, pero el funcionamiento de todo el organismo en su conjunto se basa en la electricidad. Todas las células se comunican mediante impulsos electromagnéticos, al ser el medio de comunicación más rápido. La señalización por reacciones químicas resultaría muy ineficiente teniendo en cuenta que la cantidad de información que una célula trasmite por segundo es tan grande que se necesitarían 100 años para leerla si se imprimiese.

Incluso los leucocitos, el tipo de glóbulos blancos más abundante del organismo, matan bacterias y hongos patógenos electrocutándolos.

 
El uso de la electricidad en medicina se remonta a la época romana, donde el médico Scribonius Largus en el 46 AC curaba el dolor de cabeza y la gota de sus pacientes ayudándose de un pez que emitía descargas eléctricas. Los peces eléctricos como la anguila se han venido utilizando de forma intermitente en medicina hasta el año 1745, en el que fueron sustituidos por electricidad artificial, la cual permitía controlar la intensidad de forma más precisa. En el siglo XIX la bioelectricidad (electricidad de baja intensidad aplicada al organismo) era un tratamiento rutinario en medicina, hasta que en el siglo XX la industria farmacéutica eliminó de un plumazo todas las terapias que no se apoyaban en el uso de medicamentos.

La aplicación de microcorrientes se siguió utilizando hasta la actualidad en la industria alimentaria para destruir patógenos, dado que las grandes multinacionales farmacéuticas no se veían amenazadas por este sector.

 
El conocido ingeniero electrónico de origen ruso Georges Lakhovsky inventó en 1935 un oscilador de onda múltiple con el que eliminó numerosas patologías en humanos, animales e incluso plantas. En los años 60 el físico Robert Beck retomó el trabajo de Lakhovsky, que culminó con la creación de un pequeño dispositivo que emitía microcorrientes. Según Beck, el rango de frecuencias de múltiples longitudes de onda de su dispositivo permite que cada célula encuentre su única frecuencia resonante, y se regenere al absorber energía de la longitud de onda que le es propia.
 
Independientemente de Lakhovsky, en USA el Dr. Raymond Rife ideó un dispositivo bioeléctrico que fue empleado en varias clínicas en el tratamiento de pacientes terminales de cáncer de 1934 a 1938, año en que llegó a oídos de la Asociación Médica Americana, la cual destrozó el programa por entero en seis meses y llevó a Rife a juicio.

La aplicación de microcorrientes se lleva usando mucho tiempo en el caso de mordeduras de serpiente, puesto que la electricidad neutraliza instantáneamente la toxicidad del veneno.

 
Más recientemente, las investigaciones realizadas in vitro en 1990 en el Colegio de Medicina Albert Einstein de Nueva York reportaron que el uso de microcorrientes (50-100 microamperios, equivalente a la corriente que emite un marcapasos) inhabilitaba una enzima crucial para la reproducción del virus del Sida. Por supuesto, los medios de comunicación no se hicieron eco de este descubrimiento susceptible de salvar la vida de miles de personas a un coste prácticamente despreciable.

Se ha comprobado que la electricidad promueve la curación de fracturas en los huesos y estimula su crecimiento. En un experimento científico se aplicaron microcorrientes a una muestra de sangre. El análisis bajo microscopio reveló que permanecía viva muchos días después de que la sangre no tratada hubiera muerto.

Hace poco tiempo apareció un artículo en la prestigiosa revista "Physics Today" que explicaba como campos eléctricos de baja intensidad ralentizaban el crecimiento de ciertos cánceres. Se constató que campos eléctricos, lo suficientemente pequeños para no provocar aumento de temperatura, pueden inhibir la progresión del cáncer, debido a factores que conciernen la división celular.

 
El Zapper es un sencillo dispositivo electrónico diseñado por la eminente Dra. Hulda Clark, autora de numerosos bestsellers, entre ellos La Cura de Todas las Enfermedades, traducido al español. El popular zapper emite microcorrientes de baja intensidad. De hecho, la intensidad es tan baja que no se siente nada durante el tratamiento. El Zapper funciona a 30 Khz y es capaz de matar virus, bacterias, hongos y parásitos en unos minutos. Los antibióticos requieren días o semanas, y eliminan no sólo las bacterias dañinas sino también las beneficiosas. Una reducción en la flora bacteriana (bacterias amigas) del tracto intestinal puede provocar una proliferación de hongos.

El aparato transforma la corriente continua de una pila en corrientes pulsadas de menos voltios, pero de muy alta frecuencia. Todos los seres vivos emiten una determinada frecuencia. En general, cuanto más primitivo es el organismo, más baja es su frecuencia; cuanto más evolucionado el organismo, mayor será ésta. La frecuencia humana oscila entre 1.520 y 9.460 KHz, mientras que la frecuencia de los patógenos (hongos, virus, bacterias, parásitos, etc.) se mueve entre 77 y 500 KHz. Al tratar a los invasores vivos dentro de nuestro organismo con la frecuencia correspondiente a su espectro, mueren a los pocos minutos. Afortunadamente, la corriente de baja intensidad emitida por el zapper ataca a los microorganismos sin afectar a las células del organismo. Tampoco produce efectos en la presión sanguínea, temperatura corporal o la memoria. No tiene efectos secundarios, al contrario de lo que ocurre con la mayoría de las medicinas, operaciones quirúrgicas y terapias que promueve la medicina convencional, algunas de las cuales pueden resultar mortales, como la quimioterapia o la radioterapia.

 
En palabras de la Doctora Clark:

"No importa lo larga y confusa que sea la lista de síntomas de una persona, desde fatiga crónica o infertilidad hasta problemas mentales, en todos los casos tienen en su cuerpo tóxicos y/o parásitos. Nunca he encontrado que la falta de ejercicio, deficiencias vitamínicas, niveles hormonales o cualquier otro factor, sea una causa primaria o un elemento determinante de la enfermedad. Así que la solución para gozar de buena salud es obvia."

Yo recomiendo el Varizapper de la casa DrClark por ser el zapper con la onda más estable que existe en el mercado.

La mayoría nos duchamos, lavamos los dientes y cambiamos de ropa todos los días. Asumimos que porque tengamos un aspecto externo limpio y aseado también estamos limpios por dentro. ¡Nada más lejos de la realidad! Pero como dice el refrán: 'ojos que no ven, corazón que no siente'. Estamos convencidos los parásitos son un problema del tercer mundo que no nos afecta. Sin embargo, por los cuatro litros de sangre del adulto medio circulan trillones de patógenos hostiles y sus mutaciones, que les sirven de red de distribución hacia todos los órganos y tejidos del cuerpo.

El 50% de las autopsias de cadáveres realizadas en USA detectan la presencia de parásitos.

 
Nunca antes en la historia de la humanidad habíamos estado tan parasitados. Esto se debe a la cantidad de toxinas medioambientales, contaminantes, sustancias químicas y metales pesados que debilitan nuestro sistema inmunológico, abriendo la puerta a toda clase de parásitos y otros microorganismos patógenos como bacterias y virus. Los parásitos a su vez producen sustancias tóxicas que debilitan aún más el sistema inmunológico. Este círculo vicioso es la causa principal de la mayoría de las enfermedades autoinmunes que nos asolan (como Diabetes, artritis, Alzheimer, lupus, fibromialgia, esclerosis múltiple y enfermedad de Crohn entre otras), a pesar de los constantes avances tecnológicos y médicos.

La carga inusitada de tóxicos que todos llevamos dentro ha vuelto ineficaces en muchos casos terapias tradicionales como la acupuntura, la homeopatía o las terapias herbales, que se originaron en épocas en las que el sistema inmunológico de los seres humanos no estaba expuesto a semejante sobrecarga. Lógicamente, el primer paso es eliminar las toxinas que sirven de caldo de cultivo a los parásitos, y que bloquean el sistema inmunológico. Sin embargo, según mi experiencia, si no se eliminan también los parásitos no se logra una recuperación completa del paciente.

 
Estos son algunos de los efectos de los parásitos en el organismo:

Producen amoniaco, especialmente tóxico para el sistema nervioso y para el cerebro, lo que puede provocar insomnio.

Provocan alteraciones cromosómicas al destruir el material genético del ADN.

Destruyen células y órganos: plasmodium, onchocerca, ankilostoma.

Albergan en su interior virus, bacterias y hongos. Los oncovirus que provocan cáncer también entran al cuerpo a través de parásitos. Los oncovius, al igual que ciertos parásitos, reducen la apoptosis de las células cancerígenas (proceso natural de muerte programada), lo que aumenta la vida del tumor.

Consumen los nutrientes del cuerpo. Por ejemplo, el áscaris consume vitamina B12 y vuelve inutilizable la vitamina C. El parásito de la malaria, presente en la mayoría de los pacientes con Cáncer y Sida, consume el hierro de los glóbulos rojos.

Estimulan el crecimiento de tumores. Por ejemplo, la OMS califica al pequeño parásito hepático (dicrocoelium dentdriticulum) como carcinogénico.

Producen tóxicos como sustancias de deshecho de su metabolismo. Una de dichas sustancias es el amoniaco, especialmente tóxico para el cerebro y que puede provocar problemas para conciliar el sueño. La Dra. Clark incluye el aminoácido Ornitina en su terapia para eliminar el amoniaco.

Causan infecciones bacterianas, virales y amebiasis.

Debilitan enormemente el sistema inmunológico.

Los parásitos incluso pueden inducir cambios en el comportamiento. Por ejemplo, el toxoplasma es un parásito que se aloja en el cerebro de las ratas y reduce el miedo a los gatos, lo que afecta negativamente a su tasa de superviviencia. En humanos la Dra Clark atribuye la esquizofrenia a las micotoxinas producidas por distintos tipos de mohos (hongos). Otro ejemplo es la bacteria Shigella produce toxinas que se instalan en el cerebro y en el sistema nervioso, causando depresión, ira e irritabilidad. 

Cada parásito o bacteria tiene preferencia por un órgano u órganos determinados, hacia los cuales se sentirá atraído si en ellos se encuentra el tipo de contaminante que le sirve de alimento, produciendo un amplio abanico de patologías, de las denominadas crónicas, incurables, genéticas, etc. El trabajo de la doctora ha puesto de manifiesto que muchas de las enfermedades denominadas «genéticas» no son tales, puesto que no vienen determinadas por los genes. A ella se debe el increíble descubrimiento de que cada patología está asociada a uno o varios parásitos y bacterias. Veamos algunos ejemplos:

 
- Cáncer: Fasciolopsis Buski, Ascaris (Trae el oncovirus NEU, uno de los oncovirus más agresivos que siempre entra en el cuerpo con el áscaris), parásito de la malaria y Clonorchis Sinensis (parásito hepático). Diferentes oncovirus entran en el cuerpo con diferentes parásitos: Onchocerca (oncovirus JUN), Strongyloides (oncovirus CMV y EBV), etc. Los oncovirus vuelven inmortales a las células cancerígenas.
 
- Non-Hodgkin Linfoma: Onchocerca y Fasciola Hepática en el sistema linfático. La oncocerca también es la responsable de las varices. Se esconde en las válvulas venosas, dificultando la circulación, lo que con el tiempo produce venas varicosas.
 
- Hodgkin Linfoma: Dirofilaria en el sistema linfático.
 
- Migrañas: Strongiloides en el cerebro.
 
- Epilepsia: Los ataques epilécticos están provocados por larvas de Ascaris en el cerebro.
 
- Dolores menstruales y apendicitis: Enterobius Vermicularis. Este parásito también es muchas veces el causante de agitación e insomnio en los niños, puesto que al encontrarse a nivel rectal causa irritación anal durante la noche.
 
- Colitis ulcerosa y Anemias: Ankylostoma en el intestino en el caso de colitis ulcerosa.
 
- Arritmias y problemas cardiacos: Dirofilaria (también llamado parásito del corazón) en el corazón.
 
- Diabetes. En el 100% de los casos de diabetes tanto de tipo 1 como de 2 se detecta en el páncreas el parásito Euritrema Pancreático. Otro parásito relacionado con la diabetes es el Echinoporyphium recurvatum.
 
- Candidiasis: Strongiloides y Ascaris
 
- Sida: Fasciolopsis buski en el timo, principal órgano regulador del sistema inmunológico, Macracanthorhynchus y el parásito de la malaria.
 
- Alzheimer, enfermedad de Crohn, Kaposi, Endometriosis: Fasciolopsis Buski.
 
- Pulmonía, Bronquitis, Asma: Paragónimus (también llamado parásito del pulmón) y larva de Ascaris en los pulmones.
 
- Úlcera, Gastritis: bacteria helicobacter pylori.
 
- Fibrosis Quística, Síndrome de Down y Riñones Poliquísticos: Gastrothylax.
 
- Anemia y sangrado interno. Algunos tipos de parásitos provocan un sangrado crónico en el lugar al que se agarran a la pared intestinal o a cualquier órgano, lo que eventualmente puede producir anemia.
 
- Invalidez. El parásito que se encuentra en todos las personas que necesitan silla de ruedas es el Echinoporyphium recurvatum. Este parásito suele llevar dentro el virus EBV (Epstein Barre virus) y el virus del papiloma.
- Hepatitis B. El parásito Clonorchis Sinensis suele llevar dentro el virus de la hepatitis B.

Normalmente se suelen encontrar los parásitos Clonorchis Sinensis y Fasciola Hepática en el hígado de personas con alergias. El Ascaris también es muy frecuente, sobre todo en personas que padecen de asma o de eczema. La Salmonela suele estar presente en el intestino de las personas con alergia a los huevos. Paralelamente, las personas con alergia al gluten suelen albergar hongos y el parásito Eurytrema Pancreaticum en el páncreas.

Los pacientes con Artritis albergan un microbio en el liquido sinovial (el fluido que recubre las articulaciones) que al excretar sustancias de deshecho calcáreas actúa como cemento en las articulaciones creando fricción.

Tras matar a los parásitos, el cuerpo tiene que eliminarlos, pero necesita disponer de oxígeno en cantidad suficiente. Beber agua ozonizada tras una sesión de zapper ayuda en el proceso de desintoxicación. El agua ozonizada también ayuda a eliminar metales pesados o tóxicos como el freón, conocido carcinógeno. Otras sustancias como los peligrosos PCBs se pueden eliminar con aceite ozonizado.

El zapper, no sólo elimina patógenos, virus y bacterias, sino que también repolariza norte el organismo, y energetiza los glóbulos blancos estimulando el sistema inmunológico. Los órganos y tejidos sanos tienen polaridad norte, mientras que los enfermos invierten su polaridad a sur. El zapper reestablece la polaridad norte de las zonas dañadas.

El zapper de la Dra. Clark también resulta efectivo en el tratamiento del dolor. El dolor se debe a una acumulación de hidrógeno en la zona. El hidrógeno está cargado positivamente. La bioelectricidad provee de iones negativos (electrones) para contrarrestar los iones positivos del hidrógeno. Siempre que hay dolor, inflamación, hinchazón o enfermedad en una zona los niveles de carga eléctrica son bajos. El zapper reestablece los niveles saludables de carga eléctrica de la célula: 100 milivoltios. Tengamos en cuenta que una célula envejecida tiene 50 milivoltios de carga, y una célula cancerígena 15 milivoltios.

Por otro lado, los electrones que aporta la corriente eléctrica del zapper ayudan a aumentar la polaridad de la linfa, haciendo que fluya por todo el cuerpo. Esto es importante porque la linfa circula mucho más despacio que la sangre, al no tener un órgano que la impulse como en el caso del corazón. Las células dependen del sistema linfático para recibir oxígeno y agua, así como para eliminar las sustancias de deshecho que producen.

Las microcorrientes también recargan los niveles de energía a nivel celular incrementando la producción de ATP (Adenosine TriPhosphate) en las mitocondrias celulares en un 500% y la absorción de proteínas de la célula entre un 40 y un 50%. Por eso, muchos pacientes con el Síndrome de Fatiga Crónica han incrementado considerablemente sus niveles de energía gracias al zapper.


 
Testimonio
"Cuando tenía 9 años me diagnosticaron Familial Tremors. Me dijeron que era una rara enfermedad genética y que no se podía hacer nada para tratarla. Durante 15 años tomé mucha medicación únicamente para poder vivir, pero mis manos y mi cabeza temblaban tanto que frecuentemente necesitaba ayuda con actividades como escribir, comer, afeitarme, etc. Un amigo que hablo del zapper. Hoy ya no tomo medicamentos y realizo mis actividades diarias sin problemas. La primera vez que utilicé el zapper salieron gusanos de un metro de largo de mi nariz. Mi hermano mayor que es bioquímico no me creyó hasta que los analizamos en el microscopio de su laboratorio."

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